El Vals de Mefisto nos dejó extrañamente sorprendidos, porque es tanto lo que no se dice, que hay que desentrañarlo lentamente. La práctica discursiva, su manera de narrar, y la propuesta de ir de historia en historia, como en un viaje.
Recordamos, también, lo que dice el investigador mexicano Lauro Zavala, a propósito del cuento posmoderno:
es rizomático (porque en que en su interior se superponen distintas estrategias de epifanías genéricas), intertextual (porque está construido con la superposición de textos que podrán ser reconocidos o proyectados sobre la página por el lector), itinerante (porque oscila entre lo paródico, lo metaficcional y lo convencional), y es anti-representacional (porque en lugar de tener como supuesto la posibilidad de representar la realidad o de cuestionar las convenciones de la representación genérica, se apoya en el presupuesto de que todo texto constituye una realidad autónoma, distinta de la cotidiana y sin embargo tal vez más real que aquélla)
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