El tiempo y el espacio del taller de lectura plasmado para:



leer de diferentes maneras (por arriba, por abajo, entre líneas, a fondo, participando del texto, recreándolo),



dar cuenta de los procesos culturales en que surgen y son comprendidas o cuestionadas las obras literarias,



pensar (discutiendo, asombrándose, dejándose llevar por lo que los textos nos dicen -pero parece que no dijeran-),



y por sobre todas las cosas, y siempre, disfrutar de la buena literatura.








miércoles, 5 de mayo de 2010

"El relato veneciano de Billie Upward", de Sergio Pitol.

El cuento que trabajamos esta semana nos introdujo, de nuevo, en el universo de Pitol que, magistralmente, conduce a varios laberintos. Lo atraviesa una  metaficcionalidad  plagada de referencias a Borges y su Aleph, esta vez enclavado en Venecia, a Lewis Carroll con una Alicia de los años ´20, a Casanova y su decadentismo.
Pero sobre todo al del lector explícito que nos relata, e interpreta, la historia escrita por Billie, en pleno juego metaliterario.
Por último ese final que nos deja, por un lado, conmovidos por la decepción de esa Alicia que ha comprendido el juego absurdo de quienes  viven en medio de una pasión patéticamente fingida. Y por otro, con la incertidumbre de que todo haya sido un delirio febril, un sueño irreal, antes de morir.
Y la peculiar manera de  Pitol de articular su qué y su cómo, forma y lenguaje, desplegando estrategias narrativas que nos llevan a percibir, como el personaje, todo aquello que no consuela y que coarta la capacidad para verla realidad tal como es, "porque ha aprendido súbitamente que lo importante no es preguntar ni emitir respuestas sino dejar que los sentidos conozcan, se equivoquen, rectifiquen..."


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