El tiempo y el espacio del taller de lectura plasmado para:



leer de diferentes maneras (por arriba, por abajo, entre líneas, a fondo, participando del texto, recreándolo),



dar cuenta de los procesos culturales en que surgen y son comprendidas o cuestionadas las obras literarias,



pensar (discutiendo, asombrándose, dejándose llevar por lo que los textos nos dicen -pero parece que no dijeran-),



y por sobre todas las cosas, y siempre, disfrutar de la buena literatura.








sábado, 21 de julio de 2012

Guatemala


G
uatemala, (del náhuatl Quauhtlemallan,  «lugar de muchos árboles»), cuna de la civilización maya, y portadora de un destino signado por las dictaduras,  hoy en día se la conoce como el corazón del mundo Maya, donde más de cuatro millones de descendientes continúan hablando idiomas que descienden de ese rico tronco cultural. 


Como siempre, veremos algo del contexto histórico y social  en que se desenvuelve la región, para entender las claves y constantes que luego la literatura trabajará como materia narrativa.



A  la llegada de los españoles a su territorio, en 1524, los mayas se encontraban divididos en un buen número de señoríos o ciudades-estado pertenecientes a diferentes  grupos, como los Ki'che', los Kakchikel, los Mames, Pokomames, y Tz'utujil. Estas ciudades luchaban entre sí, lo cual fue aprovechado por los españoles para lograr la conquista, con relativa facilidad.

En 1676  se funda La Universidad de San Carlos de Guatemala, la tercera universidad fundada en América, donde estudiaron muchas figuras importantes del país, entre ellos Fray Francisco Ximénez, descubridor del manuscrito Popol Vuh, quien además lo tradujo al castellano.
Ya a comienzos del Siglo XIX, el llamado reino de Guatemala desapareció como unidad, y fue sustituido por dos provincias: la Provincia de Guatemala, que comprendía el territorio de Chiapas, El Salvador, Guatemala y Honduras, y la Provincia de Nicaragua y Costa Rica, hasta que hacia 1821 terminaron segregándose.

Cuando finalmente logran la independencia de España, el poder estaba en manos de movimientos elitistas, por lo tanto esa emancipación  no supuso una mejora de las condiciones generales de vida del pueblo guatemalteco; la élite económica de la región logra que arranque el ciclo de  las dictaduras:
·         en 1854 la de Carrera,
·         en 1898  la de Manuel Estrada Cabrera (22 años en el poder),  
·         y en 1931 la del general Jorge Ubico Castañeda, hasta 1944: un siglo entero bajo dictaduras.


A comienzos del Siglo XX, exactamente en  1901, entra en escena  la United Fruit Company (actualmente Compañía de Desarrollo Bananero de Guatemala, S.A., conocida en Guatemala como Bandegua), la cual comenzó a volverse la fuerza principal (tanto política, como económica), durante la larga presidencia dictatorial de Estrada Cabrera. El gobierno se subordinaba a menudo a intereses de la Compañía.


Revolución de 1944.

En 1944, un grupo de oficiales militares disidentes, estudiantes, y profesionales liberales, llamados los "Revolucionarios de Octubre", derrocaron al gobierno de Federico Ponce Vaides, sustituyéndolo por una junta militar que poco después convocó elecciones libres y democráticas, ganadas por el profesor y escritor Dr. Juan José Arévalo Bermejo, quien acababa de regresar de Argentina, donde se encontraba exiliado.  Su proyecto, una reforma agraria que buscaría aumentar la productividad de las tierras y el nivel de vida de los campesinos, fracasó porque atacaba de forma frontal y en base a expropiaciones a la United Fruit Company. La multinacional buscó la ayuda del presidente Eisenhower, todo lo cual resulta en  el golpe de estado de 1954. Le siguen años de guerra civil, sabotajes económicos, ataques armados, donde  las comunidades indígenas fueron las más afectadas: un genocidio con más de 250.000 víctimas mortales, el desplazamiento de 450.000 campesinos, obligados a refugiarse en México; la masacre de grupos de indígenas...

Democracia.

Finalmente, y con toda esa historia a cuestas, desde  1996 Guatemala ha sido gobernada por gobiernos democráticos ininterrumpidos desde sus inicios. Los mayas y las demás etnias originarias de la región siguen siendo discriminadas económica y culturalmente, sólo tienen derecho a recibir una asignatura en sus propios idiomas.
En fin, creo que nos quedamos sin aliento: siempre la misma historia circular  que ha condenado a América Latina...



L
os escritores canónicos.





Miguel Ángel Asturias (1899-1974): desde El Señor Presidente a La trilogía de la república de la banana.

Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1967.
Asturias, nació y se crió en Guatemala, aunque vivió una parte importante de su vida adulta en el extranjero. Durante su primera instancia en París en la década de 1920, estudió antropología y mitología indígena, se asoció con el movimiento surrealista, así como con otros futuros escritores de América Latina, tales como Arturo Uslar Pietri y el cubano Alejo Carpentier. Como tal, fue un importante precursor del boom latinoamericano de los años 1960 y 1970.

En El Señor Presidente, una de sus novelas más famosas, Asturias describe la vida bajo una dictadura despiadada. Su oposición muy pública a la dictadura le llevó al exilio, y tuve que pasar gran parte de su vida el exterior, en América del Sur y en Europa. El libro Hombres de maíz, que se describe a veces como su obra maestra, es una defensa de la cultura maya. Asturias  sintetiza su amplio conocimiento de las creencias mayas con sus convicciones políticas, para canalizarlos hacia una vida de compromiso y solidaridad.

A pesar de su posición relativamente privilegiada, el padre de Asturias, en calidad de juez, se opuso a la dictadura de Manuel Estrada Cabrera, y perdió su trabajo. En 1905, la familia se vio obligada a trasladarse a la ciudad de Salamá, la capital del departamento de Baja Verapaz, donde Miguel Ángel Asturias vivió en la granja de sus abuelos. Fue aquí que Asturias por primera vez entró en contacto con la población indígena de Guatemala; su niñera, Lola Reyes, era una joven indígena que le contaba historias, mitos y leyendas de su cultura, que más tarde tendrían una gran influencia en su obra. 

Más tarde regresó con su familia a los suburbios de la Ciudad de Guatemala, y  desde estudiante comenzó a escribir: realizó el primer borrador de una historia que más tarde se convertiría en la novela El Señor Presidente. Se recibió de abogado, y   tomó un papel activo en el derrocamiento de la dictadura de Estrada Cabrera.
La tesis universitaria de Asturias, "El problema social del indio", fue publicada en 1923 y viajó a Europa, donde estudió etnología en la Sorbona (Universidad de París), y se convirtió en un surrealista dedicado bajo la influencia del poeta y teórico de la literatura francesa, André Breton.
Durante este tiempo desarrolló una profunda preocupación por la cultura maya y en 1925 comenzó con la traducción al español del Popol Vuh, el texto sagrado de los mayas, un proyecto al que se dedicó durante 40 años. En 1930 publicó su primera novela Leyendas de Guatemala.
Cuando Asturias regresó a su país natal en 1933, tuvo su primer encuentro con el dictador Jorge Ubico y su régimen que no iba a tolerar sus ideales políticos.

Asturias vivió en exilio en Buenos Aires y Chile. Después de uno de los tantos  cambios de gobierno en Argentina, una vez más tuvo que buscar un nuevo hogar, y se trasladó a Europa. Mientras vivía en el exilio en Génova su reputación como autor creció con la publicación de su novela Mulata de Tal (1963).

En 1966  le fue devuelta su ciudadanía guatemalteca y fue nombrado como embajador en Francia, donde se desempeñó hasta 1970, ocupando una residencia permanente en París.
Asturias pasó sus últimos años en Madrid, donde murió en 1974. Está enterrado en el cementerio de Père Lachaise en París.
Novelista y poeta del realismo mágico, influido en sus orígenes por el realismo, muy pronto se adentra en su campo predilecto: la mitología aborigen, la propia tierra, en el sentido de compromiso con los sinsabores de los campesinos sometidos al yugo colonialista, lo que se ve ya en los títulos de sus obras.

Publica Leyendas de Guatemala (1930) en torno a mitos y leyendas nativos y mestizos. En su célebre novela El señor Presidente (1946) retrata a un típico dictador latinoamericano, formando parte de la llamada novela hispanoamericana de la dictadura, como también lo hicieron: 

  • Valle Inclán (España) en Tirano Banderas, una caricatura feroz y esperpéntica de don Santos Banderas, despótico presidente de un país imaginario de América Latina.
  • García Márquez (Colombia) en El otoño del patriarca
  • Roa Bastos (Paraguay)  en Yo el supremo
  • Alejo Carpentier (Cuba), en El recurso del método 
  • Vargas Llosa (Perú), en La fiesta del chivo.
El Señor Presidente es una de muchas novelas que exploran la vida bajo un dictador de América Latina y, de hecho, ha sido proclamada por algunos como la primera novela real, al explorar el tema de la dictadura. 

El libro también ha sido llamado un estudio del miedo, porque el miedo es el clima en el que se desarrolla: examina la forma en que el mal se extiende hacia abajo desde un poderoso líder político, por las calles y en las casas de los ciudadanos. Muchos temas, como la justicia y el amor, son objeto de burla en la novela, y escapar de la tiranía del dictador es que aparentemente imposible. Cada personaje en la novela se ve profundamente afectada por la dictadura y debe luchar para sobrevivir en una realidad aterradora. La historia comienza con la muerte accidental de un alto funcionario, el coronel Parrales Sonriente. El Presidente utiliza la muerte del coronel para deshacerse de dos hombres, cuando se decide a implicarles en el asesinato: sus tácticas son vistas como sádicas, ya que cree que su palabra es la ley que nadie debe de cuestionar.
Insistió en parecidos temas en sus siguientes obras, como en la polémica trilogía novelística conocida como "La trilogía de la república de la banana" que es conformada por: 

  • Viento fuerte (1950),
  • El Papa verde (1954)
  • y Los ojos de los enterrados (1960).

La trilogía bananera

Asturias escribió la trilogía épica sobre la explotación de los indígenas en las plantaciones bananeras. Esta trilogía se compone las  tres novelas mencionadas: Viento fuerte (1950), El Papa Verde (1954), y Los ojos de los enterrados (1960). Es un relato ficticio de los resultados del control extranjero sobre la industria bananera de América Central. Al principio, los volúmenes fueron solo publicados en Guatemala en pequeñas cantidades. Su crítica al control extranjero de la industria bananera y la forma en que los indígenas guatemaltecos fueron explotados, finalmente le valió el premio más alto de la Unión Soviética, el Premio Lenin de la Paz. Este reconocimiento marca Asturias como uno de los pocos autores reconocidos por sus obras literarias, tanto en el Occidente y el bloque comunista durante el período de la Guerra Fría.
Se  clasifica a Asturias como un autor "indigenista", junto con Rosario Castellanos y José María Arguedas, y se sostiene que estos tres escritores se vieron llevados a romper con el realismo, precisamente, debido a las limitaciones del género a la hora de representar al indígena.

Surrealismo y realismo mágico


El surrealismo tuvo una influencia importante en las obras de Asturias. Caracterizado por su exploración de la mente subconsciente, el género permitió Asturias a cruzar los límites de la fantasía y la realidad. Aunque las obras de Asturias fueron generalmente consideradas como precursores del realismo mágico, el autor vio muchas similitudes entre ambos géneros. Al discutir la idea del realismo mágico en sus obras, vincula el género explícitamente al surrealismo. Sin embargo, no utilizó el término para describir su propia obra. En cambio, lo usó en referencia a las historias mayas anteriores a la conquista de América por los europeos, historias como el Popol Vuh o los Anales de los Xahil

En una entrevista con su amigo y biógrafo Günter W. Lorenz, Asturias discute cómo estas historias encajan su punto de vista del realismo mágico y como se relacionan con el surrealismo, diciendo: "Entre el "real" y el "mágico" hay una tercera clase de realidad. Se trata de una fusión de lo visible y lo tangible, la alucinación y el sueño. Es similar a lo que los surrealistas alrededor de [André] Breton querían y es lo que podríamos llamar "realismo mágico". A pesar de que ambos géneros tienen mucho en común, a menudo se considera que el realismo mágico nació en América Latina.

En rigor, el primero en llamar a su arte “realismo mágico” fue el pintor alemán Franz Roh, en 1925, en París, y de él lo tomó Asturias.
Luego, la crítica lo atribuyó por igual a Rulfo, García Márquez y Carpentier, quien, en el prólogo de El reino de este mundo, habló de lo “real maravilloso” como un rasgo de la realidad histórica de América Latina.







A
ugusto Monterroso (1921 –2003)
Nació en Honduras pero desde muy chico su familia se trasladó a Guatemala, conocido por sus colecciones de relatos breves e hiperbreves. 





Nació en Honduras, sin embargo, a los 15 años su familia se estableció en Guatemala y desde 1944 fijó su residencia en México, al que se trasladó por motivos políticos.
Narrador y ensayista, empezó a publicar sus textos a partir de 1959, año en que se publica la primera edición de Obras completas (y otros cuentos), conjunto de incisivas narraciones donde comienzan a notarse los rasgos fundamentales de su narrativa:

  • una prosa concisa, breve, aparentemente sencilla que sin embargo está llena de referencias cultas,
  • así como un magistral manejo de la parodia, la caricatura y el humor negro.
Es considerado como uno de los maestros de la mini-ficción y, de forma breve, aborda temáticas complejas y fascinantes, con una provocadora visión del mundo en el universo y una narrativa que deleita a los lectores más exigentes, haciendo habitual la sustitución del nombre por el apócope.

 En El Dinosaurio, Monterroso escribe el relato más breve del mundo:
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.
(Hasta la aparición de El emigrante del mexicano Luis Felipe Lomelí, en 2005:
« ¿Olvida usted algo? -¡Ojalá! »)


Monterroso aseveró que "sus interpretaciones eran tan infinitas como el universo mismo". En 1970 ganó el premio Magda Donato, en 1975 el Premio Xavier Villaurrutia por Antología personal, y en 1988 le fue entregada la condecoración del Águila Azteca, por su aporte a la cultura de México. En 1997 el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala le otorgó el Premio Nacional de Literatura "Miguel Ángel Asturias". En 2000 le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en reconocimiento a toda su carrera.

Guatemalteco de adopción y centroamericano por vocación, dedicó una buena parte de su vida a luchar contra la dictadura de su país.

En “Obras completas (y otros cuentos)”, “Mister Taylor” asistimos al nacimiento de un negocio de reducción de cabezas en un país latinoamericano y cómo el intento de mantener el éxito y la demanda estadounidense termina con la población del país.




L
os escritores contemporáneos.






Para comprender las claves de lectura entre los escritores contemporáneos, decía Diego Trelles Paz en el prólogo a El futuro no es nuestro, la antología que reúne a jóvenes escritores latinoamericanos e hispanohablantes:

Fuente: http://www.piedepagina.com/redux/04/08/2008/el-futuro-no-es-nuestro-2/

"No se habla aquí, desde luego, de una renuncia al pasado histórico como tema literario. En absoluto. Lo que ha cambiado es la forma y, ante todo, esa aspiración fundacional del narrador por legitimar, o deformar, un origen que, en nosotros, ya no existe. Ni las raíces ni las tradiciones, menos aún conceptos tan desfasados como la nacionalidad o la patria, limitan ahora nuestro pacto incondicional con la ficción. 
De la misma manera, ya no resulta descabellado o poco serio abordar estos mismos temas históricos (de próceres y dictadores, conflictos armados y revoluciones), con géneros antes menospreciados por su carácter formulaico y su arraigo popular, como el policial o la ciencia ficción. 
Quienes les abrieron la puerta con talento y desenfado, con carácter y un profundo amor por la literatura (sin mayúsculas), tienen nombre propio y son, casi por unanimidad entre los que integramos esta antología, autores de referencia. Menciono aquí, entre muchos otros que se me quedan en el tintero, a cinco escritores: Augusto Monterroso (1921-2003), Jorge Ibargüengoitia (1928-1983), Manuel Puig (1932-1990), Ricardo Piglia (1940) y Roberto Bolaño (1953-2003), y a dos escritoras: Clarice Lispector (1920-1977) y Diamela Eltit (1949)."


E
duardo Halfon  (Guatemala,1971)




Es un escritor de narrativa considerado como uno de los más destacados jóvenes autores nacidos en Latinoamérica. Estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, Estados Unidos. Durante ocho años, fue catedrático de Literatura en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, portugués, holandés, francés y serbio. En el 2007, mediante una votación convocada por el Hay Festival y Bogotá Capital Mundial del Libro, fue elegido entre los 39 mejores escritores latinoamericanos menores de 39 años, siendo incluido en la selección Bogotá39. En el 2008, su libro Clases de dibujo ganó el Premio Literario Café Bretón & Bodegas Olarra. Recientemente, en Cantabria, recibió el Premio de Novela Corta José María de Pereda por La pirueta, publicada en marzo del 2010 por Editorial Pre-Textos.

A continuación transcribimos parte de una entrevista que le hicieron a Halfon con motivo de la publicación de “Mañana nunca lo hablamos”, en El Periódico de Guatemala:

"La maestra que se esforzaba por cantar más alto para que los niños no escucharan las balas que estallaban afuera. Las maletas hechas a prisa porque el país ya era demasiado peligroso, invivible. Una secuestradora cuyos pasos se confunden con las teclas de la marimba. El soldado de rostro moreno y achinado. El guerrillero de rostro moreno y achinado. Son imágenes que se reflejan en el espejo donde Eduardo Halfon ve su niñez, el espejo de Guatemala, un espejo astillado, que ha reflejado lo mismo desde los años setenta.

Algún color de más, alguna cara de menos, pero las imágenes siguen siendo las mismas. Nada cambia.

Eduardo Halfon convirtió ese espejo en palabras, en un libro de cuentos de apariencia simple, que a primera vista no parecen más que las anécdotas de un niño guatemalteco privilegiado, sobreprotegido. Pero visto de cerca, visto con los ojos de la experiencia propia, son estampas de la Historia. De la Historia de todos.

Este libro, Halfon lo escribió en un pueblo donde el único bar solo abre los domingos. Extrañamente fue en La Rioja española donde recuperó sus años de infancia, donde vio, otra vez, a ese niño al que muchas veces le dijeron “es muy tarde, mañana lo hablamos”, y fue de adulto cuando reparó en que “mañana nunca lo hablamos”. Y no lo hablamos hoy, ni lo hablamos ayer, porque la guerra es algo que quiere quedarse en silencio, por más que las palabras luchen. En esta entrevista, tratamos de hablar un poco de ayer y un poco de hoy, para darnos cuenta que el ruido de fondo siguen siendo las balas.

Este país es Dorian Gray, sigue casi igual que hace años. Solo en los libros de historia se ve que ha pasado el tiempo.

– No hemos visto un cambio real, el fracaso social que fue la guerra, realmente nada cambió y nada ha cambiado, y para que cambie se necesita algo mucho más profundo, una revolución de verdad que no ha sucedido en Guatemala. El libro se acerca a estos temas, pero para mí era muy importante acercarme a ellos a través de la infancia, no a través del ensayo o de mi edad actual, sino desde un punto de vista infantil. Son todas pequeñas anécdotas pero que se abren a una realidad mayor, a una realidad nacional o latinoamericana.

El niño descubre pronto la realidad guatemalteca, cuando encuentra que el soldado es indígena y el guerrillero también…

– Sí, y el papá no sabe qué contestarle. La realidad del país son esos dos mundos que rara vez se encuentran. Es un fenómeno que me espanta, estas dos realidades que no logran penetrarse. Estos cuentos son de un niño descubriendo poco a poco eso, enfrentándose con estas situaciones de una manera paulatina, sobreprotegida, vedada porque no se le quiere hablar de eso. La infancia como punto de partida de nosotros, donde todo empieza, donde todo se quiebra por primera vez. Donde surgen las primeras y más fuertes improntas, el acto creativo tiene mucho que ver con volver a esos momentos. 

El libro a veces parece una sesión de psicoanálisis de volver al pasado para curar el presente.

– Quizá no a nivel consciente y no intencionalmente. No busqué que pasara eso, pero a través de comprender tu infancia puedes comprender mejor tu entorno actual. La literatura funciona como una marcha atrás sin querer ser psicoanálisis. No es que la uses como autoayuda, como un bálsamo, no hay una intencionalidad de remendar algo, quizá de entenderlo nada más. Pero entender no significa curar, porque entender cómo fue este país en los años setenta es algo que duele, es patético decir que las cosas no cambian. No hay una curación real, es un entendimiento lleno de dolor.

Ese dolor se percibe en el libro. Sin embargo supongo que sus lectores en España no lo recibirán igual. Quizás haga falta haberlo vivido para sentirlo.

– Yo pienso que sí. El guatemalteco lo entiende desde dentro, especialmente los que lo vivimos, los que recordamos esa década tan turbulenta, tan llena de balas. Ahora quizás hay más balas pero son balas diferentes. En esa época eran balas mucho más sociales, políticas y mucho más constantes. Yo las recuerdo como que si nunca pararan."


R
onald Flores (Guatemala, 1973)





Ronald Flores es autor de los libros de cuentos El cuarto jinete (2000), y Errar la noche (2000); los ensayos Maíz y palabra (1999),  El vuelo cautivo (2004), La sonrisa irónica (2005) y Signos de fuego (2007), y las novelas Ultimo silencio (2001, traducida al inglés), The señores of Xiblablá (2003), Stripthesis (2004), Conjeturas del engaño (2004), Un paseo en primavera (2007), El informante nativo (2007) y La rebelión de los Zendales (2008). Su sitio web es: www.rolandflores.com .


Ronald Flores responde a un cuestionario publicado por Eterna Cadencia, que publicó la antología El futuro no es nuestro, donde se incluyen relatos suyos:


"¿A qué escritor de tu generación ves con mayor proyección?

Depende a qué le llames proyección. Si es presencia mediática, sería Santiago Roncagliolo. Si es la posibilidad de desplazarse fluidamente en Estados Unidos y América Latina, entre el inglés y el español, Daniel Alarcón. Si es por número de publicaciones, Andrés Neuman. Si es por la expectativa y el recibimiento generado por una sola novela, Junot Díaz. Si es políticamente correcta, Guadalupe Nettel. Si es como crítico lúcido y narrador destacado, Diego Trelles. Si es por su infinito amor a la literatura de culto pues, yo mismo (alguien tiene que creer en mí).

¿Cuál fue el último libro que te deslumbró?

El último fue la biografía autorizada de V.S. Naipaul que realizó Patrick French: The World is What It Is. Realmente me impactó en varios niveles significativos: literarios, personales, políticos, teóricos. Lo terminé hace un mes, aproximadamente, y he vuelto a releer fragmentos con frecuencia. En español, la novela Limón Blues de la centroamericana Ana Cristina Rossi, que leí hace más o menos un año. Me deslumbró la manera en que aborda la historia de Centro América, de las múltiples etnias que conviven en nuestra región, las historias de amores intercruzados, interétnicos.

Si el futuro no es nuestro, ¿de quién será?

Del lumpen violento, inculto, que gobernará todos los aspectos de la vida social. Ya lo ves en la cultura, como pequeñas mafias de ignorantes se apropian de los espacios para promoverse a sí mismos, como si se tratara simplemente de espectáculo y no de arte."




D
enise Phé-Funchal,  (Guatemala, 1977).



Creció rodeada de libros, arte y ese aire que sólo se puede respirar mientras se crece en el centro de la ciudad. Su formación como socióloga especializada en teoría de género y su interés en la sociología de la religión, le permiten sumergirse en la psique de sus personajes de una forma diferente, y brinda al lector un nuevo cariz de la relaciones que los humanos tenemos con nosotros mismos y con nuestra sexualidad. “Las Flores” es su primera novela. En 1993 ganó el tercer lugar en el concurso “Jóvenes que escriben” de la Fundación Paiz. Licenciada en Sociología y con estudios de postgrado en Estudios de género en Fundación Guatemala y la Universidad Autónoma de México. Actualmente cursa su Maestría en Psicología Social y violencia política en la Usac.



M
apa sonoro de la literatura actual en castellano
Por último, transcribimos una nota realizada en el diario El País, de España, cuando a fines de 2011 se llevó a cabo la la24ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), México, por iniciativa de Babelia, la revista cultural del diario español.


Ungar, Alemán, Herrera, Jeftanovic, Pérez Azaústre, Schweblin, Bortagaray, Halfon, Cortés, Lauer, Santos, Guerra, Centeno, Hasbun... Así de universales y mestizos suenan los escritores hispanohablantes que están trazando la cartografía de la literatura en castellano que será referencia mañana. Autores nuevos, emergentes o con buenas trayectorias poco conocidas a nivel panhispánico que esta semana crearán con sus voces un Mapa sonoro de la literatura actual en castellano. Son veinte escritores, uno por cada uno de los países hispanohablantes. Con ellos abriré cada día este especial Babelia en Guadalajara en  Papeles perdidos, a propósito de la24ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), México, que este fin de semana entregó su premio a la mexicana Margo Glantz, en la imagen, quien tendrá aquí un encuentro digital con los internautas.
Este Mapa sonoro tendrá cuatro áreas: Cuento, Poesía, Novela y Ensayo. Y el género con el que abrió este panorama es con el Cuento por dos motivos básicos: su gran tradición en América Latina y el gran momento que atraviesa en España, tanto por parte de autores como de lectores, gracias, también, al apoyo de pequeñas y medianas y, relativamente, nuevas editoriales.

Los encargados de empezar son el colombiano Antonio Ungar (Bogotá, 1974) autor de dos libros de cuentos y tres novelas, la última de las cuales, Tres ataúdes blancos, acaba de obtener el Premio Herralde, editado por Anagrama. La ecuatoriana Gabriela Alemán (1968) tiene tres libros de cuentos y dos novelas, la chilena Andrea Jeftanovic  (Santiago de Chile, 1970) ha escrito tres novelas (Escenario de Guerra es del año 2000 pero publicada ahora en España por la editorial Baladí) y varios libros de cuentos;  el guatemalteco Eduardo Halfon (Ciudad de Guatemala, 1971)  ha publicado nueve libros, sobre todo de cuentos, y este año obtuvo el Premio de Novela Corta José María de Pereda por La pirueta; y el paraguayo José Pérez Reyes (Asunción, 1972) ha publicado varios libros de cuentos. En un audio se puede escuchar el mapa sonoro del cuento contemporáneo en castellano, en el que Cada grupo de ellos analiza los diferentes géneros literarios:


Cuento

Antonio Ungar - Colombia
Gabriela Alemán - Ecuador
Andrea Jeftanovic - Chile
Eduardo Halfon - Guatemala
José Pérez Reyes - Paraguay

Poesía

Wendy Guerra - Cuba
Carlos Cortés - Costa Rica
Mirko Lauer - Perú
Joaquín Perez Azaústre - España

Ensayo

Mayra Santos - Puerto Rico
Miguel Huezo Mixco - El Salvador

Novela

Leopoldo Brizuela - Argentina