Para contarles
con fidelidad la dinámica real que se da en nuestro taller, veamos la siguiente
experiencia.
Fue
durante la segunda y última semana del taller para principiantes, después de
haber trabajado textos con cierta complejidad, con la idea de entrenarse un
poco para el trabajo con los grupos más grandes, que ya tienen cierta
experiencia en el trabajo del taller.
Habíamos
leído ya otro cuento de Carver, y hablado de características generales de su
escritura, de la admiración de este autor por Chejov, de sus comentados
problemas con su editor, en fin, todas
consideraciones generales. Pero como nos faltó tiempo para leer “Tres rosas
amarillas”, quedamos en que leerían solos ese material, y compartiríamos por
mails las impresiones. Como única consigna, les pedí que se fijaran especialmente
en un detalle: el corcho de la botella de champagne. Y que desde ahí, trataran
de encontrarle distintos sentidos al cuento.
A
continuación transcribo parte de lo que nos enviamos:
Mariela arrancó diciendo:
Acá va mi comentario sobre el
cuento.
Me pareció muy hermosa la forma
en que imagina los últimos momentos de vida de Chéjov. Es maravilloso cómo, a
pesar de su “minimalismo” uno puede imaginarse exactamente el lugar, cómo
transcurren los hechos y los sentimientos de cada uno de los personajes.
La idea de que el final de su
vida sea a modo de brindis, sin brindar porque no dejaba de ser una triste
situación, pero sí que Chéjov tuviera la oportunidad de tener un último momento
de placer. Pues él hasta allí había insistido que estaba mejorando. Y de qué
modo, sin proponérselo, estuvieron de acuerdo el doctor y su esposa. Se
entendieron en un simple gesto.
La forma en que la situación que
los rodea sigue su curso, cuando el camarero, ajeno a todo lo que estaba
sucediendo trataba de comprender el encargo de la esposa y cómo, a pesar
de todo, él debía cumplir con su tarea de anunciar el desayuno y dejar en orden
la habitación, obsesionado por el corcho tirado en el piso y en el que no podía
dejar de pensar hasta que lo levantó. La rigidez de su entrenamiento, no le
permitió conmoverse ante la certeza de la muerte de su huésped.
…Qué cosa que lo que la crítica
pudo haber llamado "minimalista" como peyorativo, en realidad ese
estilo tan concreto es lo más grande de Carver. Hay que poder saber decir tanto
con tan pocas palabras! Es admirable su estilo... da para tanto... Cada parte
del cuento remite a muchos sentimientos que son vigentes en cualquier época. Y
qué impresionante que Carver haya sufrido la misma enfermedad!
Me gustó mucho esta historia…!!!
Siguió
enseguida Carolina:
Hola, terminé el cuento recién,
me encantó también, resulta muy conmovedora la descripción de las últimas horas
de Chejov.
Con respecto al corcho no sé muy
bien qué interpretar. La primera referencia que se hace cuando el doctor tapa
el champagne mecánicamente me hizo pensar en la resistencia que por ahí tenemos
a morir, querer conservar algo para que no desparezca o una esperanza de volver
a celebrar (no sé si todo ésto que pienso es muy rebuscado)
La segunda referencia es que
cuando se quedan solos Olga y Chejov el corcho salta solo representando el
último momento compartido entre ellos.
Y la tercera cuando el mozo
levanta el corcho podría significar la trascendencia de una obra de arte, el
corcho pasa a otras manos (acá creo que me fui al cuerno, no?, ajjaja)
Lo que pregunto también es si las
tres rosas amarillas significan algo...
En el
medio hubo algunas aclaraciones que
consideramos pertinentes, sobre el
título original (“Errand”) que gira desde la idea del encargo hasta terminar en
sucesivas traducciones con las famosas tres rosas, además de cómo
Carver no juzga a sus personajes, son personas comunes a quienes solo nos los va mostrando, no los “cuenta” en un
sentido clásico, pero tiene una contundencia muy real, casi visual. Cómo Carver
arma el relato a partir de una trivialización, como minimizando el tema de la
muerte, pero haciéndolo sentir con más fuerza justamente por esa omisión. O
sea, no lo dice explícitamente, pero por eso lo enfatiza aún más.
Lo
notable es que se dieron cuenta de que Carver queda homenajeando a Chejov en
los sentimientos de los personajes y en los detalles, hasta el punto de que el
corcho de la botella o el jarrón con tres rosas amarillas se convierten
en ideas predominantes y sumamente elocuentes, y muy visuales. Es decir, pudieron observar que el "cómo" del cuento es el verdadero homenaje al estilo de escritura de Chejov.
Reflexiones
sobre esta experiencia.
Las
distintas evocaciones que nos hace surgir un cuento, nos remiten a varias
cosas.
En primer lugar, un texto no es un enigma que el lector crítico "interpreta"
desde el vacío: todo está ahí, en la propia escritura, a disposición de
cualquiera que lea con cuidado. El lector real, luego, lo ve o no, ambas son opciones perfectamente aceptables, salvo por
el hecho de que leer sólo lo evidente es
privarse de elementos que enriquecerían la lectura.
Por otra
parte, todos los métodos de entrada a un texto tratan de encontrar, de alguna
forma, símbolos, y cada escrito compone su
propia simbología a partir de un uso inédito del discurso, de las cadenas de
significación, de las ausencias sospechosas de elementos que no deberían
faltar, a las particularidades de orden cultural.
En el
caso arriba mencionado, los participantes (sin experiencia previa en talleres
de análisis de textos), pudieron lograr claves de acceso entendiendo mejor al
autor, conjeturando sobre el momento ficcionalizado (que, a su vez, parte de
una situación real), y sobre las posibilidades de ampliar la lectura simplemente
rasgando un poco y encontrando, entre
líneas, lo que el autor escribió, a partir de “cómo” lo escribió.
Y ya que
estamos, de ahí a recordar otro muy famoso cuento de Carver, Principiantes
("Beginners"), hay solo un paso… ¡que la polifonía enunciativa nos permite!!
Amo el taller..... y valoro enormemente a mi profe y compañeras....
ResponderEliminarUn abrazooo!
Moni