Apuntes sobre la estrategia narrativa:
En este cuento de Philip Dick se fractura el universo ficcional del texto, mediante episodios o insinuaciones supuestas contrarias a las originales de la historia, que se desarrollan sin reconocer la contradicción, resultando en una perspectiva de la trama (desarrollo, selección y orientación de los acontecimientos) distinta de las del mismo narrador, quien continúa con su discurso sin reconocer las fisuras que se abren en él. Ahí se produce un efecto de quiebre, que comentábamos en la clase de la semana pasada.
Entre el injerto de recuerdos falsos, el descubrimiento de que en realidad son reales, y la propuesta del borrado definitivo de recuerdos comprometedores (con el fin del “amansamiento” del protagonista), y todo a cambio de la satisfacción grotesca y megalómana de una fantasía de la infancia de Quail, (que también resulta real), todo ello termina dando tres versiones diferentes de la vida del protagonista. De empleado de poca jerarquía a agente secreto del gobierno y asesino entrenado. Versiones que chocan y se enfrentan pero no se interponen entre sí.
Hace unos cuarenta años, TzvetanTodorov, el reconocido teórico búlgaro, describió el mundo de los mejores relatos de la ciencia ficción como “el proceso que nos permite ver qué cercanos están esos elementos maravillosos y cómo forman parte de nuestras vidas”.
Pero en Dick el lector no encuentra en esa cercanía una constatación de las certidumbres cotidianas, y en cambio, se enfrenta con situaciones límite: probar la solidez de la visión del mundo. Como escribe Meva Aise Akgiray (2004), cuando Dick quiebra la linealidad de la historia aparece una bifurcación hacia diferentes planos, en términos de Borges, que nos muestra diferentes visiones, perspectivas e ideologías.
Aunque el mundo ficcional de Dick está desde el principio dentro de lo que Todorov llama “lo maravilloso impuro”, de otro mundo diferenciado de la realidad cotidiana, el planteamiento dickeano parece otro guiño a los postulados de este teóricos francés, (aunque no existen pruebas de que lo haya leído): el de la ambigüedad fantástica, según el cual el efecto estético por el que la realidad del lector está siendo cuestionada, tiene lugar debido a una vacilación provocada por el texto entre dos opciones de realidad, dos explicaciones de los hechos narrados.
Fuente consultada: Alberto Chimal: El vengador del pasado. También autor de El hombre en las dos puertas (2002), reunión de cuentos en homenaje a Philip K. Dick.
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