El tiempo y el espacio del taller de lectura plasmado para:



leer de diferentes maneras (por arriba, por abajo, entre líneas, a fondo, participando del texto, recreándolo),



dar cuenta de los procesos culturales en que surgen y son comprendidas o cuestionadas las obras literarias,



pensar (discutiendo, asombrándose, dejándose llevar por lo que los textos nos dicen -pero parece que no dijeran-),



y por sobre todas las cosas, y siempre, disfrutar de la buena literatura.








sábado, 10 de noviembre de 2012

Murakami: de atmósferas e imágenes


M
urakami despierta entusiasmos, pero también fobias.

En su país algunos lo acusan de querer "destruir la tradición japonesa" o de poner en duda a un clásico sagrado: Yukio Mishima, porque sencillamente a él no le gusta. Otros lo acusan de explotar demasiado la veta de la literatura pop. 

Minae Mizumura, escritora japonesa de mucho reconocimiento en su país, dijo en una entrevista:

"Sobre el éxito de Murakami tengo poco que decir. Tengo entendido que las traducciones europeas de sus libros se basan en la versión inglesa, que está muy editada y acortada respecto del original. Supongo que su editor inglés ha hecho un excelente trabajo, porque no conozco ningún intelectual japonés que se tome en serio los libros de Murakami."

Mientras tanto él aclara:

"Yo no quiero hacer un retrato de la sociedad japonesa. Escribo mis cosas personales, de lo que conozco, de la música, de la comida, de la cerveza que conozco, de los personajes que se me aparecen".

Nakata-san habla con los gatos-t_a_t_k_a.


Pertenece a una  generación de escritores influenciada por la literatura contemporánea norteamericana. Él mismo ha traducido a Tobias Wolff, Francis Scott Fitzgerald,  John Irving o Raymond Carver, a los que considera indudables maestros. 

Pero también pertenece a una sociedad en la que "una guía para suicidarse" lleva más de cien ediciones, en la que ya existe una palabra para hablar de la muerte por exceso de trabajo, por lo tanto el llamado "realismo mágico" que le adjudican por mezclar realidad y fantasía  en muchos de sus relatos,  parece evocar con paradójica coherencia la cotidianeidad maravillosa de la Colombia de Gabriel García Márquez


V
ayamos por partes.





Haruki Murakami nació en la ciudad de Kioto en 1949, y pasó gran parte de su infancia y adolescencia en Kobe y la zona de Kansai.

Decidió estudiar Literatura en Tokio, por lo que se trasladó a la capital, en una época  marcada por las manifestaciones de los jóvenes y grupos de la izquierda radical, a finales de los años sesenta. 

Estas manifestaciones trataban de seguir el espíritu del mayo del 68 y dar una mayor apertura a Japón, relajar el tenso capitalismo al que estaba sometida la población debido a la rápida recuperación tras la guerra. Pero para decepción de Murakami y muchos jóvenes, todo derivó en un mayor nacionalismo. 
Les dio la impresión de que todo el tumulto social no era más que afán de protagonismo de sus instigadores.

Tras la graduación y ya casado con su actual mujer,  el joven Murakami se negaba a seguir el modelo de vida de hombre casado japonés (trabajar en una compañía con un empleo tedioso pero bien remunerado) por lo que la pareja decidió abrir un bar de jazz. En esa época empezó a escribir, en los ratos libres que tenía al cerrar el bar por la noche.

Tras dos cortas novelas, optó por una historia de mayores aspiraciones en su tercer libro.

L
a caza del carnero salvaje

Fue la primera de sus novelas en traducirse al español, con la historia del imperialismo japonés. El protagonista deberá ir hasta Hokkaido (al norte de Japón) en busca de pistas sobre una foto en la que aparece un carnero (símbolo del mal). En la obra este mismo carnero encarna al espíritu imperialista japonés, culpable de las masacres perpetradas en el continente asiático por el pueblo nipón en los años treinta y cuarenta.

Con este libro Murakami es crítico con su propia historia y profundiza en las barbaridades cometidas por el ejército japonés (algo que ya trataría con más detalles en alguna novela posterior).  El carnero es un símbolo del desarrollo armamentístico de Japón a principios del siglo XX. 

Los carneros empezaron a llegar a Hokkaido desde el extranjero durante la era Meiji, ya que no existían en el archipiélago hasta entonces. Sin embargo, fueron abandonados a su suerte por el gobierno en pos del desarrollo económico y militar. El carnero es el símbolo, en la obra, de lo que Japón no debió dejar de lado.

E
ntre 1982 y 1988 publicó algunas historias cortas mientras escribía una obra más ambiciosa: El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, por la cual ganó el prestigioso premio literario Tanizaki.


En esta novela  comienza a experimentar con la doble narración, tan común en sus obras posteriores: dos mundos diferentes, con dos distintos protagonistas, y los capítulos que van alternando las narraciones de uno y otro, hasta que vamos viendo cómo esos mundos están conectados de alguna manera.



Su siguiente novela resultó un best seller: Tokio Blues (Norwegian Wood).

En ella, Haruki Murakami sugiere que no sólo es posible distraerse o resignarse al dolor de la existencia. El protagonista, Watanabé, llega a esta conclusión: Ni la verdad ni la sinceridad, ni la fuerza, ni el cariño son capaces de curar esta tristeza. Lo único que puede hacerse es cruzar ese dolor esperando aprender algo de él, aunque todo lo que uno haya aprendido no le sirva de nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improvisto.



Si en La caza del carnero salvaje criticaba el colonialismo y la ultraderecha japoneses, más tarde, en Dance Dance Dance hace lo mismo con el capitalismo salvaje en el que se vio enfrascado Japón durante la década de los ochenta, en plena burbuja económica. 
Murakami critica el aburrimiento y la comodidad en la que se sumergió la sociedad japonesa y lo que supone vivir en una comunidad dominada por los medios de comunicación.


D
e 1990 a 1999

Al sur de la frontera, al oeste del sol. No es de las más aplaudidas, pero empieza a aparecer lo mejor de Murakami: la intercalación de historias breves pero reflexivas, con gran carga emocional e imágenes muy potentes. Y ese efecto de lectura que consigue a través de no saber si estamos presenciando actos reales de los protagonistas, o bien solo las exposiciones de cómo se ven entre ellos...

Critica la monotonía del hipercapitalismo japonés (como en su novela anterior). Y aparece el tema de la soledad, también recurrente,  que los protagonistas deben soportar por el statu quo imperante, buscando en la comodidad económica el foco de la felicidad, y el vacío que les genera.

Crónica del pájaro que da cuerda al mundo

Esta novela nos lleva a otro viaje por la época colonialista japonesa. Critica la irrelevante aceptación de los políticos de los años noventa por las masacres cometidas por el ejército. Los medios de comunicación japoneses, y la tradicional clase literaria japonesa, reaccionaron con ira y justificaron su desagrado al carácter poco refinado de sus obras.

1995, año nefasto: Un terrible terremoto dejó sin vida a seis mil personas, y el metro de Tokio sufrió un ataque terrorista con gas sarín,  con una decena de víctimas pero enormes  secuelas psicológicas en una sociedad que todavía no había digerido el estallido de la burbuja de finales de los ochenta. El ataque terrorista supondría para los japoneses el derrumbe de una mentalidad que les hizo reconsiderar la opinión que tenían de su país.

Fueron precisamente estos daños psicológicos los que llevaron a Murakami a enfrascarse en un proyecto de investigación sobre el ataque terrorista de la secta religiosa Aum Shinrikyö, que culminaría en dos volúmenes, conocidos por el nombre de Underground. El primero sería una recopilación de entrevistas a los damnificados, y el segundo a los mismos miembros de la secta.


D
esde 2002 hasta hoy.


Kafka en la orilla y un éxito de ventas,  con la consolidación definitiva del autor.

Murakami recupera el estilo de doble narración que utilizó en El fin del mundo, aunque esta vez la historia no se desarrolla en dos mundos paralelos como en aquella, sino que las dos narraciones tienen lugar en el mismo mundo (onírico o real).

Una serie de acontecimientos llevará  al quinceañero Kafka Tamura a huir de su casa, junto con la voz de su alter ego,  “el joven llamado Cuervo” (ese nombre tiene que ver con la convicción de que Kafka quiere decir “cuervo” en checo) y lo llevará hasta Shikoku. Pero Kafka no es un protagonista quinceañero para lectores adolescentes: es el desarraigo del mundo, el exilio de la sociedad.  

Por otra parte, alternándose con la historia de Kafka, tenemos a Nakata, un anciano con problemas mentales, que huye de la policía por un asesinato que supuestamente ha cometido, y que por otra parte ha recibido el don de hablar con los gatos después de un inexplicable coma colectivo.


Las dos partes del libro, que se van alternando, están rigurosamente diferenciadas por la forma de narración: los capítulos de Kafka están escritos en primera persona y en presente, mientras que los de Nakata lo están en tercera, y pasado. Y entre ambas una trama delirante, pero muchas veces conmovedora.



1Q84: Los dos personajes principales están unidos por un mismo pasado y un único destino, ensombrecido por la continua presencia de una secta.

El planteamiento, excelente en los dos primeros libros;  una historia de intriga plagada de denuncias sociales: el maltrato infantil, el fanatismo religioso, la soledad contemporánea (tema recurrente), las consecuencias de los engaños… Un thriller a lo Murakami.

El  ritmo de la narración decae  en el tercer libro,  con datos superfluos,  y la acción lenta..., todo podría haberse resumido en menos capítulos.


S
  auce Ciego, Mujer Dormida

Recopilación de cuentos escritos por Murakami entre 1981 y 2005.



Con Murakami lo mejor que puede pasar, aunque no siempre sucede, es  que si la magia se pone en marcha, el lector va con él a ese mundo en el que parece que no ocurre nada y sin embargo, pasa todo.

Casi todos los cuentos de esta antología contienen un enigma central. Digamos que el enigma es el eje a partir del cual se va construyendo la narración, sin el cual no habría nada. Pero el enigma suele adoptar la forma de:

  • un encuentro repentino con lo extraño,
  • un golpe de irrealidad,
  • un desbaratamiento del orden de las cosas.
Pero no es lo importante del cuento; para Haruki Murakami explicar lo sucedido no tendría la más mínima gracia: lo extraño dejaría de ser extraño y se tornaría normal, y el pozo convenientemente explorado dejaría de ser una buena metáfora. 

Lo que le importa, en realidad, es:
  • la reacción de los personajes,
  • el comentario individual
  • y en ocasiones, el comentario social.
Para Murakami el retrato de los seres que habitan su mundo, y la evolución del mundo que lo ha dejado en ese estado, importan más que los sucesos concretos de la narración.
Muchos de los temas habituales del fantástico occidental  aparecen en este libro:
  • el mundo especular
  • pesadillas kafkianas
  • monstruos similares a nosotros
  • fantasmas
  • animales parlantes
  • cuentos extraños
  • predestinación
  • maldiciones y terror 
·        En cuanto a los cuentos, los más antiguos son los más indescifrables y enigmáticos. De un aire sumamente onírico y surrealista, parecen trozos de sueños a los que les faltan muchas piezas, (por ejemplo “La tragedia de la mina de carbón de Nueva York” o “El cuchillo de caza”). Sin embargo, a medida que avanzan los años sus cuentos se van depurando y van resultando más comprensibles y maduros.

 “La chica del cumpleaños”. La ambigüedad puesta en el otorgamiento de un deseo que nunca es explicitado, porque el propósito del cuento es diferente. La habilidad está precisamente en usar como materia prima lo  no  expresado.

En “El folclore de nuestra generación: prehistoria del estadio avanzado del capitalismo” se cuenta una historia de amor. Lo extraño es realmente lo cotidiano que se sale de lo habitual. Los detalles de la relación se cuentan mientras se repasa la historia reciente de Japón.

Y algo similar sucede con “Tony Takitani”, donde Murakami teje detalles adicionales alrededor de la figura y peripecias vitales del protagonista -la historia de su padre, músico de jazz, o la historia final de la ayudante-, narrando no sólo su conmovedora historia sino también la historia del desarrollo de su país.

En "Los gatos antropófagos", el cuento se abre con la noticia en Atenas de tres gatos que vivían con una anciana en un ambiente, y una vez muerta ella, los gatos hambrientos la devoran. La noticia es leída por el protagonista, y la trama se complica con evocaciones y pérdidas.
El tema del instinto animal y su capacidad de supervivencia, está presente.  Además, el tema de los gatos es recurrente en los relatos y novelas  de Murakami, ya que  funcionan como un artilugio;  sirve como: 

• Móvil (para una búsqueda, física, o interior… del destino).
• Nexo entre personajes. (Los personajes, a  través de la búsqueda del gato, por ejemplo, se van vinculando.)
• Completan a los personajes, en el sentido de que les muestra la parte instintiva que muchas veces queda relegada por la parte consciente o racional.

Hanalei Bay” y “El mono de Shinagawa”. Los dos demuestran gran habilidad para narrar complejas y profundas emociones bajo una superficie de tranquilidad a pesar de lo terrible de las circunstancias. El segundo ofrece además una trama surrealista que, a pesar de lo que se podría pensar, no reduce la tragedia de lo sucedido sino que la hace más evidente.

En “El hombre de hielo”  lo extraño es claramente lo extraño y los cuentos entran directamente en terrenos casi de ciencia ficción. Es la historia de amor de una mujer con un hombre de hielo. Tan de hielo, que acaban todos viviendo en el polo.

Y “Conito”, con  un sorprendente estallido de humor, parodiando el mundo literario japonés, (a veces Murakami incluso parece parodiarse a sí mismo).

A pesar de todo, uno de los aspectos más llamativos de estos cuentos es la casi omnipresencia de un tema adicional, que sirve de acompañamiento al principal. No siempre está presente con la misma intensidad, pero anda por allí: la escritura, el paso de la imaginación al papel. Lo habitual es que el narrador sea un escritor que está luchando por contar la historia de la mejor forma: es decir, modificándola para que sea más verdadera, aunque no más real. Pero en otras ocasiones, adopta una forma mucho más compleja.

Maestro en la creación de atmósferas, Murakami introduce en estos relatos no sólo elementos fantásticos y oníricos, donde mezcla con ambigüedad el sueño y la vigilia, sino que crea personajes inolvidables, enfrentados al dolor, al amor, a la sexualidad, rendidos ante la belleza o necesitados de afecto, pero siempre vulnerables. Y a veces con ese soplo de mono no aware, mixtura de nostalgia y belleza, de la que hablábamos en la clase pasada.

Fuentes consultadas:
Iván Fernández Balbuena
http://www.letraslibres.com/revista/libros/murakami