El tiempo y el espacio del taller de lectura plasmado para:



leer de diferentes maneras (por arriba, por abajo, entre líneas, a fondo, participando del texto, recreándolo),



dar cuenta de los procesos culturales en que surgen y son comprendidas o cuestionadas las obras literarias,



pensar (discutiendo, asombrándose, dejándose llevar por lo que los textos nos dicen -pero parece que no dijeran-),



y por sobre todas las cosas, y siempre, disfrutar de la buena literatura.








sábado, 3 de marzo de 2012

Desde el territorio Bolaño, hasta Alejandro Zambra.

Comenzamos con Roberto Bolaño, el escritor chileno que creó al mismo tiempo fanáticos admiradores y enemigos íntimos, y al que, actualmente se lo considera como un mito moderno.

De vida trashumante,  nació en Santiago de Chile en 1953 y creció en ciudades como Los Angeles, Valparaíso, Quilpué, Viña del Mar y Cauquenes. No terminó el colegio, tampoco entró en la universidad.  En el 73 regresó a su país y pudo presenciar el golpe militar. Se alistó en la resistencia y terminó preso.

Logra regresar a México, donde funda el movimiento poético infrarrealista, que se opone con furor a los pilares hegemónicos de la poesía mexicana y también al establishment literario (con Octavio Paz como figura preponderante). Pero el Bolaño más polémico, el Bolaño lector más intransigente, operó en Chile, donde opinó con virulencia o desdén respecto a componentes de la nueva narrativa chilena de los 90, a los que apodó los "donositos", y también respecto a algunos de los autores chilenos más leídos. como Isabel Allende (a quien llamó escribidora, no escritora). 
Tiempo después emigró a España, a Barcelona, donde ya vivía su madre. Vendimiador en verano, vigilante nocturno de un camping en Castelldefels, vendedor en un almacén, lavaplatos, camarero, estibador en el puerto, basurero, recepcionista, fueron sus actividades hasta que se convirtió en escritor de tiempo completo. En 2004, un año después de su muerte, obtuvo el premio Salambó a la mejor novela en castellano, por 2666. El jurado del premio se refirió a la novela ganadora, como "el resumen de una obra de mucho peso, donde se decanta lo mejor de la narrativa de Roberto Bolaño". Una novela que "contiene mucha literatura, que supone un gran riesgo y lleva al extremo el lenguaje literario" de su autor.

Sin embargo, en el país en el que había nacido y del que se había ido de adolescente, para volver sólo unos días antes del golpe de Pinochet y exiliarse para siempre, la opinión era todavía difusa. ¿Cómo explicarlo? En primer lugar, la aniquilación y la pausada reconstrucción que hizo Bolaño de lo que se entendía por “literatura chilena”, una literatura anquilosada y dormida en los colchones espinosos de la dictadura, fue radical. Desde sus cuentos y novelas, Bolaño tallaba sobre un mármol perdurable una idea de Chile, hecha con la materia de una inagotable biblioteca personal, pero también con un universo de ideales morales y estéticos que jamás se corrompieron. Así, Bolaño es el escritor que desde España escribe sobre el Chile que recuerda, pero en ese recuerdo está agazapada la proyección de un Chile posible, de un país en donde la mediocridad o el silencio pueden ser denunciados con elegancia pero sin concesiones. Y es lógico: muchos escritores y críticos chilenos sintieron en Bolaño a un forastero que hablaba desde afuera, y tejieron sobre su obra un silencio casi simbólico, que se puede entender como miedo, como rechazo o como la aceptación de una evidencia incontestable.



Fuentes:
Página/12, 08/04/07, suplemento Radar, y
http://www.elortiba.org/


Leeremos los cuentos: Llamadas telefónicas y El ojo Silva. Veremos por qué se habla de "territorio Bolaño", y lo relacionaremos con el joven narrador chileno, Alejandro Zambra.

El volumen de cuentos Llamadas telefónicas se divide en tres partes con características distintivas por las temáticas:
  • Llamadas telefónicas:  historias que tienen como protagonista esencial a la literatura, ya veremos por qué. (Metaficción e intertextualidad)
  • Detectives: una serie de cuentos con matiz policial.
  • Vida de Ann Moore:  historias donde las mujeres son protagonistas.
 
Alejandro Zambra (Santiago, 1975) es un poeta y narrador chileno seleccionado en 2007 por el Hay Festival y Bogotá Capital Mundial del Libro como uno de los 39 escritores latinoamericanos menores de 39 años más importantes,  y elegido en 2010 por la revista británica Granta entre los 22 mejores escritores de lengua española menores de 35 años.

La historia de Bonsái es la historia larga de un libro corto: "Hace nueve años, una mañana de 1998, encontré, en el diario, la fotografía de un árbol cubierto por una tela transparente. La imagen pertenecía a la serie “Wrapped Trees”, de Christo & Jeanne Claude, dos artistas que, según decía la nota, recorrían el mundo envolviendo paisajes y monumentos nacionales. Recuerdo que escribí, por esos días, un poema no muy bueno que hablaba de árboles cerrados, encerrados. Y luego di con los bonsáis, tan parecidos, en un sentido, a los árboles de Christo & Jeanne Claude, aunque abreviados, a la fuerza, por el capricho de la poda". 
 
En una entrevista a Zambra, en Página 12, le dice a la periodista Silvina Friera:
"Al escribir Bonsái recuperé una cierta confianza en lo referencial, por así decirlo. La novela refiere un momento de los años ’80 en que estábamos encerrados y protegidos en un mundo que se caía a pedazos.

–Este encierro, ¿también alude a lo que significó Pinochet en la vida política y cultural de Chile?

–Sí, aunque no sea tan explícito. El fanatismo de los personajes sí es generacional. Cuando descubrimos la literatura, nos dio un gran fanatismo. Habíamos crecido en un mundo muy opaco, con un lenguaje muy opaco, con una prensa muy cerrada y una televisión muy atontante, y de pronto aparecía la poesía, que no es que te permitiera en sí misma expresar algo de antemano sino que te daba la opción de darle un poco de brillo a ese mundo, y decir cosas que no sabías que se podían decir, de manera que no sabías que existían. Para los jóvenes, la literatura fue como un remezón y respondimos a ese remezón con fanatismo. Y digo fanatismo, queriendo decir fanatismo: confiamos mucho en los libros y no hay que confiar tanto. A los personajes de Bonsái les pasa que “compran”, creen el cuento y el mundo los deja hablando solos. Eso sí es generacional; es el despertar de los sentidos: de la anestesia a la sinestesia y de la sinestesia a la parálisis."


jueves, 1 de marzo de 2012

Taller de principiantes: “la” experiencia con Raymond Carver y sus “Tres rosas amarillas".


Para contarles con fidelidad la dinámica real que se da en nuestro taller, veamos la siguiente experiencia.

Fue durante la segunda y última semana del taller para principiantes, después de haber trabajado textos con cierta complejidad, con la idea de entrenarse un poco para el trabajo con los grupos más grandes, que ya tienen cierta experiencia en el trabajo del taller.

Habíamos leído ya otro cuento de Carver, y hablado de características generales de su escritura, de la admiración de este autor por Chejov, de sus comentados problemas  con su editor, en fin, todas consideraciones generales. Pero como nos faltó tiempo para leer “Tres rosas amarillas”, quedamos en que leerían solos ese material, y compartiríamos por mails las impresiones. Como única consigna, les pedí que se fijaran especialmente en un detalle: el corcho de la botella de champagne. Y que desde ahí, trataran de encontrarle distintos sentidos al cuento.
  
A continuación transcribo parte de lo que nos enviamos:

Mariela  arrancó diciendo:
Acá va mi comentario sobre el cuento.
Me pareció muy hermosa la forma en que imagina los últimos momentos de vida de Chéjov. Es maravilloso cómo, a pesar de su “minimalismo” uno puede imaginarse exactamente el lugar, cómo transcurren los hechos y los sentimientos de cada uno de los personajes.
La idea de que el final de su vida sea a modo de brindis, sin brindar porque no dejaba de ser una triste situación, pero sí que Chéjov tuviera la oportunidad de tener un último momento de placer. Pues él hasta allí había insistido que estaba mejorando. Y de qué modo, sin proponérselo, estuvieron de acuerdo el doctor y su esposa. Se entendieron en un simple gesto.
La forma en que la situación que los rodea sigue su curso, cuando el camarero, ajeno a todo lo que estaba sucediendo trataba de  comprender el encargo de la esposa y cómo, a pesar de todo, él debía cumplir con su tarea de anunciar el desayuno y dejar en orden la habitación, obsesionado por el corcho tirado en el piso y en el que no podía dejar de pensar hasta que lo levantó. La rigidez de su entrenamiento, no le permitió conmoverse ante  la certeza de la muerte de su huésped.
…Qué cosa que lo que la crítica pudo haber llamado "minimalista" como peyorativo, en realidad ese estilo tan concreto es lo más grande de Carver. Hay que poder saber decir tanto con tan pocas palabras! Es admirable su estilo... da para tanto... Cada parte del cuento remite a muchos sentimientos que son vigentes en cualquier época. Y qué impresionante que Carver haya sufrido la misma enfermedad!
Me gustó mucho esta historia…!!!

Siguió enseguida Carolina:

Hola, terminé el cuento recién, me encantó también, resulta muy conmovedora la descripción de las últimas horas de Chejov.
Con respecto al corcho no sé muy bien qué interpretar. La primera referencia que se hace cuando el doctor tapa el champagne mecánicamente me hizo pensar en la resistencia que por ahí tenemos a morir, querer conservar algo para que no desparezca o una esperanza de volver a celebrar (no sé si todo ésto que pienso es muy rebuscado)
La segunda referencia es que cuando se quedan solos Olga y Chejov el corcho salta solo representando el último momento compartido entre ellos.
Y la tercera cuando el mozo levanta el corcho podría significar la trascendencia de una obra de arte, el corcho pasa a otras manos (acá creo que me fui al cuerno, no?, ajjaja)
Lo que pregunto también es si las tres rosas amarillas significan algo...


En el medio hubo algunas  aclaraciones que consideramos pertinentes, sobre  el título original (“Errand”) que gira desde la idea del encargo hasta terminar en sucesivas traducciones con las famosas tres rosas, además  de  cómo Carver no juzga a sus personajes, son personas comunes a quienes solo nos  los va mostrando, no los “cuenta” en un sentido clásico, pero tiene una contundencia muy real, casi visual. Cómo Carver arma el relato a partir de una trivialización, como minimizando el tema de la muerte, pero haciéndolo sentir con más fuerza justamente por esa omisión. O sea, no lo dice explícitamente, pero por eso lo enfatiza aún más.

Lo notable es que se dieron cuenta de que Carver queda homenajeando a Chejov en los sentimientos de los personajes y en los detalles, hasta el punto de que el corcho de la botella  o el jarrón con tres rosas amarillas se convierten en ideas predominantes y sumamente  elocuentes, y muy visuales. Es decir, pudieron observar que el "cómo" del cuento es el verdadero homenaje al estilo de escritura de Chejov.


Reflexiones sobre esta experiencia.

Las distintas evocaciones que nos hace surgir un cuento, nos remiten a varias cosas. 
En primer lugar, un texto no es un enigma que el lector crítico "interpreta" desde el vacío: todo está ahí, en la propia escritura, a disposición de cualquiera que lea con cuidado. El lector real, luego, lo ve o no, ambas son  opciones perfectamente aceptables, salvo por el hecho de que leer sólo lo evidente es privarse de elementos que enriquecerían la lectura.

Por otra parte, todos los métodos de entrada a un texto tratan de encontrar, de alguna forma, símbolos, y  cada escrito compone su propia simbología a partir de un uso inédito del discurso, de las cadenas de significación, de las ausencias sospechosas de elementos que no deberían faltar,  a las particularidades de orden cultural.

En el caso arriba mencionado, los participantes (sin experiencia previa en talleres de análisis de textos), pudieron lograr claves de acceso entendiendo mejor al autor, conjeturando sobre el momento ficcionalizado (que, a su vez, parte de una situación real), y sobre las posibilidades de ampliar la lectura simplemente rasgando un poco y  encontrando, entre líneas, lo que el autor escribió, a partir de “cómo” lo escribió.

Y ya que estamos, de ahí a recordar otro muy famoso cuento  de Carver, Principiantes ("Beginners"), hay solo un paso… ¡que la polifonía enunciativa  nos permite!!

lunes, 27 de febrero de 2012

Literatura Latinoamericana Contemporánea



Tal vez habría que aprender a leer en Latinoamérica, y no sólo
"literatura". Aprender, además, a escribir las lecturas; a poder
(abierto el vértigo de la significación) pensar ese vértigo;
constituirlo sin que nos enmudezca; ser capaces de contarlo;
entregarnos pero sobreponernos; trascenderlo.

Josefina Ludmer







Comenzamos el año con el siguiente tema: Narrativa Latinoamericana contemporánea.
En parte, este tema surgió como consecuencia de haber advertido las nuevas claves de lectura que observamos en la actual literatura argentina durante el trabajo del taller el año pasado.


Imagen del video  Latinoamérica, de Calle 13.
   


Y en nuestra última entrada del blog (http://elcronotopotaller.blogspot.com/2012/02/apertura-del-ciclo-2012.html), anticipamos los siguientes autores -contemporáneos y no tanto pero siempre vigentes- :
Juan Álvarez, Giovanna Rivero, Alejandro Zambra, Paola Tinoco, Dani Umpi, Clarice Lispector, Elena Poniatowska, Felisberto Hernández, Roberto Bolaño, Liliana Heker, la poética de Gioconda Belli, Alejo Carpentier, Martín Kohan, y muchos otros que irán mostrando la construcción de la especial mirada masculina y femenina (y discutiremos si existe, o cómo va tomando diferentes formas), sobre la materia ficcional.



Como dice Ricardo Piglia, "La literatura puede contar cosas que la historia no nos ha dicho.
La literatura aborda experiencias concretas; son siempre situaciones muy puntuales, muy personales, las que aparecen, con registros que no son los más deliberados, pero  allí hay  signos, de hace mucho tiempo, donde aparece contado algo que tiene un efecto que se mantiene en términos de intensidad literaria, aunque es probable que hoy sea recibido con menos, llamémoslo, incomodidad".



Respecto de circunscribir la literatura por regiones, sabemos que es más bien una herramienta metodológica, pero que es largo el debate acerca de si existe la literatura universal, (como pedía que se considerase ya Goethe, en 1827, lo que él llamo Weltliteratur-), o bien que hoy no es una realidad porque se desconocen otras literaturas que no sean  las  consideradas desde un punto de vista hegemónico, y hay que dar una visión de esas otras, postergadas. 

Entre ambas posturas, Enrique Vila-Matas nos dice: "Existe la literatura universal, pero sospecho que el concepto engloba sólo las literaturas de Occidente: lo que Goethe denominó Weltliteratur o literatura universal. Así que tal vez no existe. Además, la literatura no necesita calificativos. Universal, por otra parte, es redundante. Total, que no lo sé".

En definitiva, lo que nos importa es dar cuenta de mostrar a otros cosas que hemos disfrutado leyendo, que consideramos dignas de difusión y lo suficientemente fundamentadas como para compartirlas, superando muchas veces las restricciones del cerco académico y aproximándonos a la opinión y la discusión de quienes se interesan por la literatura. Y como bien dice Josefina Ludmer en el epígrafe: aprender a leer y a poder (abierto el vértigo de la significación) pensar ese vértigo.

Y para finalizar e ir entrando en tema, les sugiero vean el video  Latinoamérica, de Calle 13, el dúo de hermanos oriundos de la isla de Puerto Rico: René Pérez Joglar, el Residente, y Eduardo José Cabra Martínez, el Visitante. La crítica mordaz, el comentario incisivo y la opinión franca son sus constantes, así como su particular humor negro, el dominio de la cultura popular y una picardía bien latina:


Aquí va la letra:

Soy,
Soy lo que dejaron,
soy toda la sobra de lo que se robaron.
Un pueblo escondido en la cima,
mi piel es de cuero por eso aguanta cualquier clima.
Soy una fábrica de humo,
mano de obra campesina para tu consumo
Frente de frio en el medio del verano,
el amor en los tiempos del cólera, mi hermano.
El sol que nace y el día que muere,
con los mejores atardeceres.
Soy el desarrollo en carne viva,
un discurso político sin saliva.
Las caras más bonitas que he conocido,
soy la fotografía de un desaparecido.
Soy la sangre dentro de tus venas,
soy un pedazo de tierra que vale la pena.
soy una canasta con frijoles ,
soy Maradona contra Inglaterra anotándote dos goles.
Soy lo que sostiene mi bandera,
la espina dorsal del planeta es mi cordillera.
Soy lo que me enseño mi padre,
el que no quiere a su patria no quiere a su madre.
Soy América latina,
un pueblo sin piernas pero que camina.

Tú no puedes comprar al viento.
Tú no puedes comprar al sol.
Tú no puedes comprar la lluvia.
Tú no puedes comprar el calor.
Tú no puedes comprar las nubes.
Tú no puedes comprar los colores.
Tú no puedes comprar mi alegría.
Tú no puedes comprar mis dolores.

Tengo los lagos, tengo los ríos.
Tengo mis dientes pa` cuando me sonrío.
La nieve que maquilla mis montañas.
Tengo el sol que me seca  y la lluvia que me baña.
Un desierto embriagado con bellos de un trago de pulque.
Para cantar con los coyotes, todo lo que necesito.
Tengo mis pulmones respirando azul clarito.
La altura que sofoca.
Soy las muelas de mi boca mascando coca.
El otoño con sus hojas desmalladas.
Los versos escritos bajo la noche estrellada.
Una viña repleta de uvas.
Un cañaveral bajo el sol en cuba.
Soy el mar Caribe que vigila las casitas,
Haciendo rituales de agua bendita.
El viento que peina mi cabello.
Soy todos los santos que cuelgan de mi cuello.
El jugo de mi lucha no es artificial,
Porque el abono de mi tierra es natural.

Tú no puedes comprar al viento.
Tú no puedes comprar al sol.
Tú no puedes comprar la lluvia.
Tú no puedes comprar el calor.
Tú no puedes comprar las nubes.
Tú no puedes comprar los colores.
Tú no puedes comprar mi alegría.
Tú no puedes comprar mis dolores.

Você não pode comprar o vento
Você não pode comprar o sol
Você não pode comprar chuva
Você não pode comprar o calor
Você não pode comprar as nuvens
Você não pode comprar as cores
Você não pode comprar minha felicidade
Você não pode comprar minha tristeza

Tú no puedes comprar al sol.
Tú no puedes comprar la lluvia.
(Vamos dibujando el camino,
vamos caminando)
No puedes comprar mi vida.
MI TIERRA NO SE VENDE.

Trabajo en bruto pero con orgullo,
Aquí se comparte, lo mío es tuyo.
Este pueblo no se ahoga con marullos,
Y si se derrumba yo lo reconstruyo.
Tampoco pestañeo cuando te miro,
Para q te acuerdes de mi apellido.
La operación cóndor invadiendo mi nido,
¡Perdono pero nunca olvido!

(Vamos caminando)
Aquí se respira lucha.
(Vamos caminando)
Yo canto porque se escucha.

Aquí estamos de pie
¡Que viva Latinoamérica!

No puedes comprar mi vida.

 




 Los esperamos.
Lic. Graciela Occhi.





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gracielaocchi@gmail.com
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