El tiempo y el espacio del taller de lectura plasmado para:



leer de diferentes maneras (por arriba, por abajo, entre líneas, a fondo, participando del texto, recreándolo),



dar cuenta de los procesos culturales en que surgen y son comprendidas o cuestionadas las obras literarias,



pensar (discutiendo, asombrándose, dejándose llevar por lo que los textos nos dicen -pero parece que no dijeran-),



y por sobre todas las cosas, y siempre, disfrutar de la buena literatura.








sábado, 23 de abril de 2011

Steinbeck: entre la ira y la indignación.


Los narradores de la “generación perdida”, como hemos señalado, utilizan -  bajo el magisterio de Faulkner – muchas de las técnicas como la ruptura cronológica, la renuncia a la omnisciencia, el monólogo interior. Y, aunque, a veces, fueron minusvalorados por su afición a la vida bohemia y al alcohol, es indudable que su contribución a la novela contemporánea es enorme.
En este contexto debemos situar a John Steinbeck (Salinas, California,1902 – Nueva York, 1968). Su abundante producción muestra una fuerte preocupación por los problemas sociales y una gran curiosidad por la vida en la miseria, donde él encontraba una extraña ilusión y esperanza. De ello se deriva el mensaje de su obra: la vida merece la pena ser vivida.
"Las uvas de la ira", quizá su mejor novela, se centra en la peregrinación hacia California de unos humildes campesinos que buscan la “tierra prometida” y encontrarán algo mucho peor que lo que dejaron atrás: es una alegoría del destino del hombre: su imposible búsqueda de felicidad. El título fue tomado de un himno de gente de color sobre la reforma. En él vemos a una familia de pobres granjeros blancos, notables por su honestidad y ferviente religión, que se ven obligados a mudarse de Oklahoma, que se estaba convirtiendo en un desierto debido a la sobreexplotación de las tierras, y que emigran a California para encontrar trabajo recolectando fruta.

Steinbeck se pasó toda su vida preocupado por las condiciones de pobreza y marginalización de ciertos sectores de su área de origen, la región central costera de California. Él era plenamente consciente de la explotación y el empobrecimiento de muchas personas debido a las grandes empresas, como el caso mencionado  de los productores de frutas.
Su estilo está marcado por la yuxtaposición del dialecto idiomático de los pobres ricos de la época, con una reflexión sofisticada en una prosa elegante sobre la condición política y social de la humanidad.
Sus héroes son los pobres y aquellos iletrados que normalmente no pueden expresar por sí mismos las ideas que tienen. Probablemente su trabajo más típico y famoso de este estilo sea el ya comentado “Las uvas de la ira” de 1938, donde se enfrenta a las dificultades típicas del trabajo duro y la pobreza que les sucedió a los campesinos desposeídos de Oklahoma y se ven rodeados de hambre y muerte. Steinbeck condena este capítulo horrendo de la historia contemporánea americana, tanto a través de la historia como de sus reflexiones.
De ratones y hombres” de 1937, está basada menos en eventos históricos pero también cuenta la historia de los pobres granjeros y de sus preocupaciones. Vemos a Larry, un hombre amable pero con una deficiencia mental que le gusta tener como mascota a un ratón (que siempre muere en su bolsillo) como alguien adorable. Otros trabajos importantes incluyen una edición de historias cortas escritas en 1935 así como la novela “Al este del Edén” de 1952.

La prosa de Steinbeck tiene un fuerte componente alegórico y espiritual, y se sustenta en la piedad e interés del autor por los desfavorecidos de todo tipo, por lo que una parte de la crítica lo ha acusado de sentimentalismo e incluso de cierto ejercicio didáctico más o menos velado en algunos de sus personajes, sobre todo en las mujeres. Pese a ello, se lo ha clasificado dentro del realismo naturalista marcado por las novelas de T. Dreiser, como Una tragedia americana, naturalismo basado en la idea filosófica del determinismo histórico.
Otros le han adjudicado el mote de "novelista proletario" por su interés en las experiencias de las poblaciones de inmigrantes y los problemas de la clase obrera, añadido a su postura socialista o redentora. Por ejemplo, Las uvas de la ira ha sido catalogada como la novela más revulsiva de la década de 1930, pues provocó la reacción fervorosa y humanista de un amplio público opuesto a las clases conservadoras. Las ideas socialistas de Steinbeck estaban no obstante más relacionadas con la emancipación reformista evangélica del siglo XIX que con la literatura marxista; de ahí que su prosa, a pesar de sus mensajes humanistas, no pueda ser identificada con el realismo socialista que ya asomaba en esa época.
John Steinbeck ganó el Premio Nóbel en 1962.

"El poni rojo":
Libro que entrevera admirablemente dos descubrimientos, el del contacto y la comunión con la naturaleza y el despertar a las luces y las sombras de la existencia, El poni rojo se articula en forma de cuatro episodios de la infancia de Jody Tiflin, muchacho cuya existencia se desarrolla en una granja situada en el valle de Salinas, en California. Escrita en un estilo tan natural como el de las existencias que dibuja, John Steinbeck consiguió con esta obra una de sus principales cimas dentro de sus obras de menor extensión.

En Entre el espejo y el mundo: texto literario y contexto histórico ..., de Juan José Coy, este autor nos dice: “Steinbeck no se asusta de lo que pasa y lo encara y lo denuncia, y esta actitud honrada y valerosa, sólo en apariencia antiamericana, es lo que desde la ira y la indignación, y no desde la complacencia, va a provocar las mejores de sus obras.”